lunes, 23 de mayo de 2011

Producto 1 Autor: Paula Grande Bautista

LA HISTORIA EN EL PASADO Y EL PRESENTE UNA FORMA DE ENSEÑANZA EN LA EDUCACIÓN
Todas las sociedades humanas aspiran a mejorar las condiciones de vida del presente. Por eso, indudablemente es necesario comprender cómo llegaron a configurarse esas condiciones. La historia, a través del análisis del pasado, permite comprender el presente, situarse en el marco de la conciencia colectiva y adquirir una capacidad de análisis crítico de la sociedad en que estamos insertos. De este modo, las sociedades, especialmente sus generaciones más jóvenes, adquirirán las herramientas para construir el futuro en forma activa y protagonista; y poder así transformar la sociedad para perfeccionar las condiciones de vida de sus integrantes.
La historia tiene, por lo tanto, una función educativa formadora, ya que a través de su estudio, la humanidad puede identificar sus errores y reflexionar sobre ellos, reconocer sus limitaciones y tomar como modelo sus conductas positivas, éxitos y aciertos. El estudio de la historia, como actividad intelectual, nos permite además desarrollar las habilidades necesarias para un aprendizaje activo y crítico, para la expresión y fundamentación de nuestros conocimientos y opiniones y para la adquisición de métodos y técnicas de estudio y trabajo.
Aunque en nuestra labor como docentes nos remite a buscar ciertos métodos, estrategias y técnicas para incorporarla al proceso de aprendizaje, durante mi labor en específico no tengo un método pero he utilizado ciertas herramientas como: análisis de documentos,  análisis de un mapa,  análisis de imágenes,  creación de comentarios, análisis de videos o libros que me han permitido desarrollar ciertos conocimientos en mis alumnos. Para que el abordaje de la historia sea significativo es necesario que se parta de conocimientos fundamentales -hechos o conceptos-, que  incide en la utilización de una metodología. Con su aplicación se persigue un fin: que el aprendizaje de los conocimientos resulte fácil para los alumnos, en especial cuando utilizan una metodología activa, en la que aprendan haciendo. Para conseguir esa meta conviene desarrollar y utilizar materiales curriculares y recursos apropiados. Así será posible obtener una mayor rentabilidad a las horas dedicadas al estudio. El instrumental recomendado, en este caso, son los mapas conceptuales. Como es sabido, proporcionan un aprendizaje más sólido mediante la manipulación, lectura y observación, a la vez que permiten ampliar los conocimientos bajo un modelo metodológico constructivista.
 En el proceso de enseñanza-aprendizaje hay que tener en cuenta lo que un alumno es capaz de hacer  y aprender en un momento determinado, dependiendo del estadio de desarrollo operatorio en que se encuentre. La concreción curricular que se haga ha de tener en cuenta estas posibilidades, no tan sólo en referencia a la selección de los objetivos y de los contenidos, sino, también en la manera de planificar las actividades de aprendizaje, de forma que se ajusten a las peculiaridades de funcionamiento de la organización mental del alumno.


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