lunes, 23 de mayo de 2011

Producto 3 Autor: Paula Grande Bautista

EL CAMBIO DE LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA.
En la actualidad  los problemas que el docente enfrenta en el proceso enseñanza- aprendizaje de la historia exigen el uso de referentes que le permitan cuestionar su práctica educativa y que a la vez le proporcionen los parámetros para las decisiones que deba tomar. Es un trabajo práctico por que se ocupa de los problemas que se generan en la práctica y porque los aborda desde unos marcos que, en su opinión, ayudan a darles el verdadero sentido que poseen; así como también brindan la posibilidad de tomar conciencia de la importancia de la historia en particular, de la trascendencia de algunas opciones y del papel que tiene de orientador.
Hablar de que nuestra educación debe proponerse como uno de sus fines más importantes el conocimiento de México, podría juzgarse como la repetición de una frase que ya se ha usado otras veces como lema de patriotismo o nacionalismo vacío. Pero, en realidad, sucede que nunca se ha ahondado en lo que esta idea implica en toda su amplitud, y mucho menos se ha tratado de realizarla seriamente en la escuela.
Si se pone en práctica la teoría del constructivismo con los educandos y se hace posible que las actividades los lleven a aprender a aprender actuando con acciones significativas, sobre todo, cambios de actitud en el docente, lejos de que el área parezca tediosa podría convertirse en una de las favoritas para el alumno porque se le brinda la oportunidad de incorporarse a una actividad constante, donde él mismo construye los hechos históricos y es capaz de dar juicios críticos tomando, de esta manera, cierto aprecio por la historia pasada y presente en vez de permanecer pasivo, de ahí la importancia de los recursos didácticos en la educación básica.
De esta manera los estudiantes se convierten en seres reflexivos que al confrontar sus conocimientos con los de los compañeros adquieren la habilidad de contextualizarlos, ya que sin duda el hacer amena una clase de la asignatura que sea, depende en gran medida de las relación que esta tenga con los conocimientos contextuales que se utilicen, y evidentemente en historia resulta fundamental manejarlos y sobre todo que el alumno participe de manera activa en el desarrollo de la clase. Algunos recursos a utilizar son los siguientes: las líneas del tiempo, entrevistas, visitas, las reflexiones, la discusión los comentarios etc. Que aunque sugeridos en el libro para el maestro no se utilizan o se les hace muy poco caso.
os contenidos de la historia pueden surgir en el salón de clases como una continuidad natural de la vida personal y social ya que “la capacidad que cualquiera pueda tener para identificarse estará determinada por sus propias experiencias, reales o emocionales” de esta manera para que un escolar se interese en el estudio de la historia, no es suficiente brindarle un conjunto de fechas, acontecimientos y relatos curiosos del pasado, enseñar supone una intención, la de que a través de la actividad del maestro se desarrollen los alumnos como individuos reflexivos, preocupados por los demás y con la responsabilidad suficiente para adquirir conocimientos, conceptos, ideas y destrezas en una serie de áreas de conocimiento. í se concibe a la historia como un conjunto de conocimientos que ayudan a tomar conciencia de nuestras posibilidades como seres humanos, entonces con los alumnos se debe intentar que la clase de historia se convierta en un espacio para la ejercitación de la inteligencia y la imaginación en un contexto racional en el que se permita la libre expresión de las ideas en un marco de respeto hacia las diferentes formas de opinión.
La integración de la escuela, personal docente, alumnos y comunidad también influye en los cambios que se dan en beneficio de la sociedad por lo que la tarea del maestro es fomentar el interés de los padres de familia hacia la educación de sus hijos pues en la medida en que les dediquen tiempo, y les proporcionen lo necesario ellos mejoraran su rendimiento académico.
El papel del maestro no es el de realizar el proceso, si no el de provocarlo, proponiendo las condiciones para ello, de ahí que es necesario que a cada estudiante se le de la oportunidad de expresar lo que siente, lo que anhela, lo que no comprende de sus maestros.
Es importante darles lo mejor de nosotros, pues de esta manera estaremos formando alumnos creativos, participativos, críticos, capaces de tomar decisiones cuando es necesario.
El verdadero maestro no es el que sabe más o explica mejor si no el que motiva y apoya al educando para que inicie, continúe y lleve a buen término su proceso de aprendizaje utilizando todas las estrategias hasta llegar a la meta que se haya fijado.
El aprendizaje significativo de la historia permite al educando no solo su manejo adecuado si no también su aplicación en la solución de problemas de la vida diaria y una visión de que a través de la historia el hombre ha buscado y encontrado soluciones a sus problemas gracias a la reflexión sobre su entorno y su relación con los conceptos sociales.
Si a los alumnos se les motiva y se les pone en contacto con las técnicas y métodos convenientes, haciendo sus clases más interesantes, esto es significativas, serán capaces de comprender y aplicar esos conocimientos.
El aprendizaje que verdaderamente enriquece a las personas es el que establece una relación entre el nuevo material de aprendizaje y los conocimientos previos del sujeto. Cuando se cumple esta condición el sujeto le encuentra sentido a lo que aprende, lo entiende y puede lograr aprendizajes significativos, mismos que adquiere mediante actividades que puede realizar y que le brindan cierta satisfacción; pero sobre todo que se apoyan en lo que aprende mediante la experiencia permitiendo, de la misma manera, que utilice esos conocimientos en su vida cotidiana.

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